lunes, 16 de diciembre de 2013

El Código Penal crea un nuevo delincuente: el disidente político.


El experto de Jueces para la Democracia José Luis Ramírez destaca que la Ley de Seguridad Ciudadana cierra el "círculo de criminalización del ejercicio de derechos fundamentales". 
El representante de Jueces para la Democracia José Luis Ramírez ha explicado que "la Ley de Seguridad Ciudadana es la válvula de cierre del sistema que diseña el proyecto de Código Penal", de manera que "se cierra el círculo de la criminalización del ejercicio de los derechos fundamentales".
Ramírez ha subrayado que la subida de las tasas "ha generado un descenso de cerca del 40% en el ingreso de asuntos contencioso-administrativos", mientras la futura Ley de Seguridad Ciudadana tipifica más infracciones, por lo que "los ciudadanos van a ser sancionados pero no van a poder recurrir porque tendrán que pagar tasas".
En su opinión, la reforma del Código Penal es "innecesaria" y por lo tanto "ilegítima" y "profundiza en la marginalización de la sociedad", creando la figura de "un nuevo tipo de delincuente: el disidente político".
Desde la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, Marcelino Sexmero ha sostenido que las reformas planteadas "atentan contra derechos fundamentales de las personas, criminalizan ciertas conductas sociales y tienen un contenido marcadamente ideológico y político".
En su opinión, el Código Penal "no se puede reformar porque un partido quiera", sino que es necesario un consenso social, y ha criticado especialmente que introduzca "la cadena perpetua, aunque ellos lo llamen de otra manera", porque esto "no tiene cabida en la Constitución".
En cuanto a la Ley de Seguridad Ciudadana, Sexmero ha dicho que lo más llamativo es "la criminalización por vía administrativa, con multas altísimas" por asistir a manifestaciones no comunicadas oficialmente, de manera que "cualquier ciudadano se verá abocado a no protestar o a no salir a la calle".
(Lo anterior es parte de un artículo del periódico Público.es)