“CARTA
DE UN COMPAÑERO”
Esta
carta va dirigida a todos aquellos compañeros
que desde el pasado día 7 de febrero y día tras día están
secundando la huelga indefinida del colectivo de justicia de esta
comunidad, pero sobre
todo a aquellos que por los motivos que sean no la han secundado
nunca o se han incorporado ya a su trabajo.
Primero
deciros que ir a una huelga general no es fácil, sino que detrás
seguro hubo muchas horas de esfuerzo y negociación de las
organizaciones sindicales que no pudieron llegar a buen puerto;
podíamos decir ya dentro de la propia jerga judicial fue la “ultima
ratio”
antes de tomarla. Por muchas razones, pero no sólo por los
perjuicios que tanto económicos como personales nos pudiera acarrear
a todos (que
son importantes),
pero aún más por los que se le ocasionan a los ciudadanos de a pie,
quienes sin culpa alguna, también la están sufriendo.
Ninguna
huelga es buena para nadie, tampoco para nosotros, pero ha sido la
única salida legítima a la que nos ha abocado la falta de capacidad
para negociar y la prepotencia de la administración.
Después
de casi 22 años transferidos
y trabajando en la administración de justicia es
difícil entender como pudimos haber estado callados tanto tiempo.
Es triste decir que siempre
estuvimos en el “vagón
de cola”
del tren de la justicia
en nuestro país, es triste que hubiéramos trabajado tantos años
con materiales precarios y obsoletos en los juzgados, pero lo
más triste todavía es que la administración nos de cómo respuesta
a nuestras reivindicaciones “la
maleta y el billete de tren” para
solucionar el conflicto.
Llegado
a este punto puedo deciros como funcionario, como compañero y, aún
más como gallego, que jamás
me he sentido más humilladlo ni vejado que con palabras que seguro
todos conocéis: “váyanse
ustedes a otra comunidad”
si no quieren estar aquí. Puedo
deciros
señores del PP que
lo de “márchese
señor González”,
por suerte, ya
forma parte de los libros de historia de nuestros hijos,
que estamos en el siglo XXI y eso no se va a producir.
Hoy
manifiesto con sinceridad que ya
no sólo está en juego lo económico, está en juego nuestro orgullo
y, sobre todo, nuestra dignidad como personas
que, por si no lo saben, estamos aquí por nuestros propios méritos,
por nuestro propio sacrificio y esfuerzo, que nadie nos ha regalado
nada
y que de nuestra querida Galicia nadie nos va a echar.
Todos
sabemos que detrás de esta lucha hay mucho trabajo, gasto y esfuerzo
(manifestaciones,
viajes a Santiago, pancartas, etc.)
pero puedo aseguraros que no nos van a parar. Ninguna huelga con
unidad se ha perdido, hoy estamos y seguimos más unidos que nunca y
estoy seguros que la vamos a ganar.
Por
todo ello os pediría a aquellos compañeros que aún no la han
secundado o se incorporaron ya al trabajo, que os unáis nuevamente
a nosotros; no se gana ninguna guerra sin batallas y ya llevamos
muchas ganadas. Os digo que hay compañeros en huelga que no han
trabajado ni un solo día desde que empezó la misma porque los
servicios mínimos no se lo exigen, otros que tan sólo lo hacen un
día a la semana, muchos próximos a la jubilación y que tal vez no
vean nunca ningún incremento en sus nóminas, pero ¡ahí
están!,
apoyando y luchando porque, con orgullo y, tal vez nostalgia,
podrán decirle un día a sus nietos que ellos también fueron
soldados de esta guerra.
Como
dije ya antes ya no es sólo cuestión de dinero, es también
cuestión de dignidad y estoy
seguro de que tener la satisfacción
moral
de que esto no se consiguió con el esfuerzo del funcionario de la
mesa de al lado o del juzgado de enfrente va a tener su recompensa y
va a enriquecernos aún más como compañeros y como personas.
Para
acabar deciros que en casi 30 años que llevo en la administración
de justicia, nunca vi tanta unidad sindical y funcionarial en
nuestras reivindicaciones, para conseguir algo no sólo justo sino
también legítimo, así que no nos queda más que apoyarlos en todo
para que esto acabe cuanto antes y decirle a los políticos que las
discriminaciones se acabaron.
Sin
más solo me queda pediros perdón por ser algo extenso, una fuerte
abrazo a todos y, sobre todo, ánimo y unámonos
todos que ya queda menos.