Las quejas de los ciudadanos también están siendo numerosas ante la imposibilidad de obtener certificaciones por falta de papel oficial.
Ante la inminente privatización de los Registros Civiles, STAJ teme que esta sea una maniobra para empeorar el servicio y causar un malestar ciudadano que culpe a los trabajadores del mal funcionamiento.
Denunciamos que esta situación puede ser una manipulación ciudadana para inducirla a pensar que la privatización es consecuencia de un mal servicio, cuando lo cierto es que las carencias de que adolece el Registro Civil son consecuencia directa de la mala gestión que en esta materia se viene realizando por parte del Ministerio para justificar la privatización, y lo del papel en Sevilla no es más que una muestra de ello.